domingo, 8 de febrero de 2009

Una película de espías....

Siémpre me gustó el cine. Recuerdo aquellas tardes de mi niñez, aquellos sábados cuando me reunía junto a mis padres y hermanos a ver esas películas que nos regalaba “Sesión de Tarde” en TVE. Tardes en las que se cruzaban tiros de películas del oeste, con Tarzán en la selva, claro, o nos llevaba a mares remotos cruzados por piratas y policías persiguiendo a malhechores junto a soldados de cruentas batallas por tierra, mar y aire y de androides conquistadores de la galaxia. Y junto a todo esto las típicas “españoladas” películas de bajo presupuesto que se atrevían con todo, bajaba quizá la calidad, los efectos especiales pero se compensaban esas carencias con gran imaginación y por la proximidad de los personajes, el sentirlos como tuyos y no tan ajenos. ¡Que gran recuerdo de esa gran película: “Atraco a las tres”!


Pero la niñez ya pasó, pero no el gusto por el cine, y en especial por el cine español, a veces tan denostado pero que empieza a tener éxitos de taquilla, a ser reconocido internacionalmente, a exportar actores y actrices y que en muchas ocasiones no tiene nada que envidiar a esos filmes americanos que a veces solo les salva su gran presupuesto y la campañas de marketing feroz.


Por todas estas razones y otras, suelo ser un habitual de esa ya para mi tradición anual de visionar la entrega de los Goya. Un premio merecido para el cine español, un premio doméstico, quizá una mala copia de los Oscars pero al fin y a la postre son “nuestros premios”.


Como dije anteriormente me sigue gustando el cine, el bueno y el no tan bueno, y ahora en nuestra actualidad política diaria estamos siendo testigos y extras de una muy mala película de espías: “Mortadelo y Filemón: Misión salvar la tierra” (léase Esperanza Aguirre y Gallardón), espías malos, de esos que llevan gabardina y gafas oscuras, que otean tu espalda, con quién hablas y de qué, que más bien parece “La increíble historia del hombre (o mujer) sin sombra”. Esta película real y fidedigna aunque aún presunta se está rodando en la Comunidad de Madrid, con malos actores que conscientes de su incapacidad de llegar al “estrellato” por sus propios méritos intentan mediante el chantaje del “sé lo que hiciste la otra noche” llegar a la cima y llevarse un premio inmerecido. Pero olvidan que no somos “Los girasoles ciegos” que nada ven y sienten. Ese no es el “Camino” para llegar a “La buena vida” que presumen, llegar a la cúspide de un partido roto, desmembrado, con un líder Rajoy “elegido por su divina gracia, Aznar” que no saben si usar espías o “El truco de Mario” quizá aliarse con “Ché, el argentino” un todo vale, para ver si en “Cuatro meses, tres semanas, dos días” dan la patada al pusilánime Rajoy “El lince perdido” al que le quedan “Tres días” al frente de su partido. Él lo sabe, yo lo sé, todos lo sabemos aunque “Miente” y hace como que no se entera. Quizá desde “Bucarest” se perciba esta mala película como una obra maestra. Quizá estos malos espías acompañados por “Vicky, Cristina, Barcelona” (no hay que olvidar que “alguno habla catalán” en la intimidad) logran su objetivo como “Héroes. No hacen falta alas para volar” si no que lo que se necesita en el partido de las dos gaviotas son espías para derrotar al adversario, que para ellos no es Zapatero (culpable de todos los males del mundo mundial y aquí en Cehegín… más..) porque parece ser el culpable de “Los crímenes de Oxford”, si no que los enemigos que espían son sus compañeros, esos con los que cada día codo con codo dicen “trabajar para y por los españoles” y para ello pues se crea un “CSI: Madrid” que ríete tú de “CSI: Las Vegas”, y lo peor de todo que estos mismos son lo que tanto se preocupan por la crisis, el España se rompe, el Navarra se vende y de vez en cuando se dan un golpe de pecho que nunca viene mal y culpan al otro. Éstos son los que quieren gobernarnos y no son capaces de gobernarse entre ellos. Ni “Greco” sería capaz de pintar un cuadro así. ¡Qué cuadro!


Dije que me gustaba mucho el cine, y aún más el cine español, pero esto no es cine esto es “presuntamente” real y lo malo es que no es una divertida película de espías, si no que es una muy mala película de terror con una Mata Hari del tres al cuarto en el reparto y a la que "también le cuesta llegar a fin de mes". Pues vale...


¡Qué grande es el cine!